Una buena historia debe ser interesante, auténtica, coherente y memorable.
Y esta es la historia de Pugil, una historia genuina y singular. Una en la que se palpa, se siente e incluso se huele el alma y la verdad que hay detrás de cada pieza de ropa. Una historia apasionante.
Pasión que hace que los clientes se sientan identificados, atraídos y fieles a la marca. Porque detrás hay autenticidad, un recorrido, un motivo, un sueño. En definitiva, una historia que consigue emocionarnos.
New York, Rocky y Philadelphia son la inspiración de Pugil y de Martín, su director de marketing, un apasionado del cine que supo hilar fino, nunca mejor dicho, para conseguir fusionar su pasión con el mundo de la moda y acabar de darle forma con el sastre, convirtiéndose en el combo perfecto.
En Pugil no hacen trajes a medida midiendo a la persona. Eso no es un traje a medida. Los construyen a través de una idea, un relato, manteniendo una conversación con el cliente... hasta que consiguen dar con la pieza de ropa con la que cada persona se sienta identificada y hable de ella misma.
En su local las prisas no existen. La calma y tranquilidad son su forma de sostenibilidad. Se le dedica a cada persona el tiempo, cariño que merece y se establecen vínculos más allá del producto, que, por cierto, es de una muy buena calidad y orgánico. Es una tienda de autor en la que ocurren cosas, se viven experiencias y se vuelve a la idea romántica de antes en la que se podía conversar y compartir con las personas de una forma más cercana.
Hace un tiempo Pugil decidió apostar por el marketing olfativo porque, además de todos los beneficios que aporta eso para la marca y su identidad, Martín quería tener la garantía de, si un día Pugil deja de existir, ojalá nunca, tener una fragancia a la que agarrarse y poder volver allí siempre que quisiera. Una fragancia que evoca esa calma, que no satura y que convive con el espacio. Y que, sobre todo, les devuelve a todas las experiencias vividas allí.
Por eso muchos de sus clientes compran el mikado con la fragancia y se llevan un poquito de Pugil a sus casas. Y eso, señoras y señores, es pura magia.
Pero eso y mucho más te lo cuenta infinitamente mejor Martín en la entrevista, o mejor dicho conversación, café en mano, que Francisco, fundador de Cuarto Sentido, tuvo con él en su speakeasy. Esperamos que la disfrutes y, ya sabes, si necesitas algo a medida, puedes encontrarlos en la calle Villanueva nº19 de Madrid.
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