El sentido del olfato, comúnmente considerado como el cuarto sentido, desempeña un papel fundamental en nuestras vidas cotidianas al influir en nuestras emociones, recuerdos e incluso decisiones. Es este sentido el que nos permite disfrutar de la riqueza y complejidad de los aromas presentes en las fragancias, llevándonos a explorar un mundo invisible pero profundamente cautivador. En el centro de esta experiencia olfativa se encuentra la estructura olfativa, un concepto esencial para comprender cómo interactúan los perfumes con nuestro sentido del olfato y cómo podemos clasificarlos y disfrutarlos plenamente.
La Pirámide olfativa es una herramienta utilizada para describir la composición de un perfume. Divide la fragancia en componentes principales: notas superiores, medias o de corazón y notas bajas.
Estas tres notas aparecen en diferentes momentos después del uso del perfume o colonia generando una experiencia olfativa única que evoluciona desde la primera impresión hasta el aroma residual que se queda en nuestra piel.
Las notas aromáticas en la pirámide olfativa hacen referencia a los diferentes componentes olfativos que utiliza una fragancia. Estas notas son los elementos básicos que componen un perfume y se dividen en tres categorías principales: notas superiores, notas medias o de corazón y notas base o de fondo.
Son las primeras impresiones que nos llevamos al aplicar el perfume, suelen durar pocos minutos, evaporándose rápidamente. Tienen como ingrediente principal esencias cítricas, que aportan frescura y energía a la fragancia.
Conocidas también como el corazón del perfume, estas notas emergen justo después de que las primeras impresiones desaparecen.
Son el corazón del perfume, definiendo el principal “aroma característico". Elementos de fondo: Son los olores que perduran más en la piel, creando la impresión duradera del perfume. Generalmente son opulentos y profundos, estableciendo una base sólida para las fragancias.
También conocidas como notas de fondo, constituyen el fundamento sobre el que se construye la pirámide olfativa de un perfume. Estas notas son esenciales en la composición fragante, ya que brindan profundidad, durabilidad y el carácter final que perdura en la piel mucho después de que las notas más volátiles hayan evaporado. Por lo general, las notas base son ricas y profundas, incluyendo ingredientes como almizcles, vainilla, ámbar, pachulí, sándalo y resinas. Estos componentes no solo aportan una persistencia notable a la fragancia, sino que también influyen en cómo se despliegan las capas anteriores
Como dato interesante, los perfumistas fabrican su perfume basándose en la historia que nos quieren transmitir siguiendo las pautas de la pirámide olfativa
La Pirámide olfativa es una herramienta fundamental en la industria de la perfumería que sirve para dividir y comprender la composición de una fragancia o aroma. Sin duda alguna, su función principal es clasificar los diferentes componentes de un perfume en tres categorías principales, las notas mencionadas anteriormente y yendo aún más lejos, las diferentes familias olfativas.
Hay muchísimos tipos de perfumes y fragancias, pero hay un autor llamado Michael Edwards que escribió una guía muy completa sobre los aromas llamada Fragrances of the world en la que nos reparte los aromas en 4 grandes familias olfativas:
Es la familia más grande y popular, caracterizada por el aroma de una o varias flores. Puede ser dulce y delicada con un solo tipo de flor (coliflor) o una combinación compleja de varios aromas florales.
También conocida como ambarina, esta familia incluye aromas ricos, cálidos y exóticos. Se caracteriza por notas dulces, especiadas y balsámicas, como la vainilla, el ámbar y el incienso.
Esta familia se distingue por notas cálidas y secas, similares a las de la madera, el musgo y las raíces. Los perfumes amaderados pueden variar desde aromas frescos y ligeros de cedro o bambú hasta notas más intensas y oscuras de sándalo y vetiver.
Subdividida en varias categorías como cítrica, verde y acuática, esta familia engloba fragancias ligeras y revitalizantes. Los perfumes cítricos son vivos y energizantes con notas de limón, naranja y bergamota. Los verdes son crujientes y naturales, reminiscentes de hojas y césped recién cortado. Las acuáticas ofrecen una sensación de frescura oceánica o de agua dulce.
Además, Michael Edward creó la famosa Rueda de las fragancias para clasificar las fragancias y remarcar las diferencias entre las familias olfativas. Tiene una pequeña relación con la pirámide olfativa ya que ambas son herramientas que nos ayudan a poder describir y clasificar las fragancias y aromas.
El marketing olfativo se basa en el poder de los olores para influir en el comportamiento y la percepción del consumidor. A través de la estratégica selección de fragancias, las marcas pueden crear una atmósfera memorable y estimular una conexión emocional con su audiencia.
Algunos ejemplos de marketing olfativo incluyen desde la ambientación de tiendas hasta perfumes de marca que encapsulan la identidad de una empresa.
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